7/5/11

SER I

                           XLVIII
En el sufrimiento se apoya la felicidad
y la felicidad es donde se oculta la 
desgracia.
¿Quién conoce el equilibrio?
No hay una norma fija.
Lo virtuoso se convierte en extravagancia
y lo bueno se vuelve superstición.
Dese hace mucho tiempo
la humanidad ha ignorado esto.


Así, el sabio 
es firme, pero no tajante;
agudo, pero no hiriente;
recto, pero no insolente;
luminoso, pero sin deslumbrar.


Aplica la ecuanimidad
tanto ante la adversidad
como ante la alegría.


(Cartas del Tao -Deva's-)

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